Aunque cada sol nuevo que surja en los días incontables de nuestros años, hendiendo arrugas y levedad en nuestra piel que pensamos añeja y antigua: Vivimos! Vivimos en nuestros días inacabables: nuestros días ansiosos: incompresibles.
Somos la paleta y el pincel de Dalí: Maestría. Mente de Leonardo y Einstein. Almas únicas y sublimes. Tan elevadas, tan únicas, tan solitarias... Estamos tan perdidos en esa percepción tan escasa de nosotros mismos.
Pero Tu como yo sabes, de alguna forma que nuestra magnitud sobrepasa la percepción de la muerte. De ese acabar negro y vano que la mayoría de los mortales concibe o no comprende. La ecuación exacta ininteligible, irrazonable, de esos conjuntos aparentemente
in-equivalentes, De ese acabar negro y vano que la mayoría de los mortales concibe o no
comprende.
La ecuación exacta ininteligible, irrazonable, de esos conjuntos aparentemente in-equivalentes: que inevitablemente se unen.
La mujer hermosa y el hombre suyo, pero inesperado. La mujer hermosa y el hombre gris. La mujer deseable, deliciosa, equivocada... perfectamente imperfecta. La mujer hermosa que cualquiera podría querer devorar pero que no sabe sentir. Su cintura: sus piernas, sus muslos, sus caderas, su rostro, sus labios, pero más su carácter: su esencia... lo que es...
La mujer exquisita y preciosa que cualquiera desnuda con las ideas del pensamiento, pero que se describe solo con las palabras de esa música terrible que nace de ese lugar hondo que solo las palabras de la emoción del deseo pueden decir: para que solo el pensamiento de uno equivalente a uno, pueda comprender!
Ah!, duele. Pensar en la idea terrible de pretender decir, gritar, exigir: lo que no se puede exigir! Tu sos una cuestión extraña de definir... Tus sos una razón extraña de razonar.
Te he pensado por mucho tiempo: por mucho tiempo! Si, maldita sea esa idea!
Acéptalo: tu sos poeta! Vives las palabras, peros sabes que tus palabras son vos.
Entiendo tus palabras!
x
Somos la paleta y el pincel de Dalí: Maestría. Mente de Leonardo y Einstein. Almas únicas y sublimes. Tan elevadas, tan únicas, tan solitarias... Estamos tan perdidos en esa percepción tan escasa de nosotros mismos.
Pero Tu como yo sabes, de alguna forma que nuestra magnitud sobrepasa la percepción de la muerte. De ese acabar negro y vano que la mayoría de los mortales concibe o no comprende. La ecuación exacta ininteligible, irrazonable, de esos conjuntos aparentemente
in-equivalentes, De ese acabar negro y vano que la mayoría de los mortales concibe o no
comprende.
La ecuación exacta ininteligible, irrazonable, de esos conjuntos aparentemente in-equivalentes: que inevitablemente se unen.
La mujer hermosa y el hombre suyo, pero inesperado. La mujer hermosa y el hombre gris. La mujer deseable, deliciosa, equivocada... perfectamente imperfecta. La mujer hermosa que cualquiera podría querer devorar pero que no sabe sentir. Su cintura: sus piernas, sus muslos, sus caderas, su rostro, sus labios, pero más su carácter: su esencia... lo que es...
La mujer exquisita y preciosa que cualquiera desnuda con las ideas del pensamiento, pero que se describe solo con las palabras de esa música terrible que nace de ese lugar hondo que solo las palabras de la emoción del deseo pueden decir: para que solo el pensamiento de uno equivalente a uno, pueda comprender!
Ah!, duele. Pensar en la idea terrible de pretender decir, gritar, exigir: lo que no se puede exigir! Tu sos una cuestión extraña de definir... Tus sos una razón extraña de razonar.
Te he pensado por mucho tiempo: por mucho tiempo! Si, maldita sea esa idea!
Acéptalo: tu sos poeta! Vives las palabras, peros sabes que tus palabras son vos.
Entiendo tus palabras!
x
O bendita sea esa idea!