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Imagen original de Jorge A. Valcor Garte

Bienvenida


Gritar al mundo? no sé como. La tierra a girado tantas y tantas veces. Ya nada es lo mismo... Pero el andar por estas horas de la vida cala, cicatriza heridas, deja sonreír. Es irremediable vivir y es irremediable querer seguir viviendo, es irremediable pensar en las promesas de Dios y de tal modo es irremediable esperar que la humanidad se transforme al bien. Es mejor esperar en Dios y agradecer los que siempre nos ha sido dado. Es mejor confiar en el creador...

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domingo, 27 de septiembre de 2015

Tu mi océano





Tu mi océano

Jorge Valcor Garte
27 de setiembre de 2015

¡El tiempo esperado!
Los años, los meses y las horas incontables.
Tic tacs transcurridos al ritmo de la aguja delgada y veloz recorriendo una y otra vez el circulo de las horas…
Una cifra inmensa: diecisiete mil setecientos ochenta y seis millones trescientos cuatro mil segundos esperándote.

¡Ah! Mis horas: mis horas y las tuyas completadas.
Resumidas en el espacio de unos segundos sublimes e inevitables: quinientos dieciocho mil cuatrocientos segundos…
Una simple fracción de tantos clics irremediables.
¡El 0.29% de mi existencia y de la tuya!
¡Ah! Una vida entera, mi amor, adornada condensada en  el sublime choque de la piel de tus labios y de los míos.
En el tacto de tu piel suave y cálida: gentil y amena como tu alma, como tu ser, como tu nombre.
¡Tu nombre!
¡Amor!
¡Pulsado!
Vibrando en el hueco de mi boca, por tanto tiempo muda.
¡Amor, el tiempo de mis horas sublimes!
¡Las horas de mi tiempo perfecto!
El ritmo de mi corazón desbordado: ¡bombeando mi sangre roja y tibia, humana!
¡Desbocada en estampida!
¡Amor, pasión, esperanzas y sueños!
Alma mía: mi bailarina…
Mi noche, mi día, mi aire…

¡Ah!, tú, mi alma me vienes del aire inesperado.
!Ese brío sublime de la bondad de un Dios, Dios, único, altísimo, todo poderoso!

Amor mío huelo tu aroma en la palma plana y solitaria de mis manos:
No pases como el invierno,
No pases como el verano,
No pases como las horas.
¡No termines!
¡No acabes!
Quédate en mis horas,
En mis segundos,
En mis días,
¡En mis años!
¡Océano de plenitud!