Joseph de Maistre sostuvo “que cada pueblo o
nación tiene el gobierno que merece”, André Malraux, modificó este criterio y dijo: que no es que
“…los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los
gobernantes que se le parecen”, es decir nos alineamos indefectiblemente a ese
tipo de equilibrio o semejanza a la que de alguna forma aspiramos. Y claro:
José Martí dijo "Pueblo que soporta a un tirano, lo merece".
En resumen así como Adolph Hitler aprovechó las carencias de un pueblo alemán en decadencia económica y social en beneficio de su megalomanismo para finalmente provocar una horrorosa miseria global, hoy otros como digamos Maduro en Venezuela, se aprovechan de las expectativas de todo un pueblo para garantizar su propio bienestar; sencillamente porque poseen esa capacidad de leer la conciencia de ese inconciente colectivo que es capaz de garantizar: poder!
En resumen así como Adolph Hitler aprovechó las carencias de un pueblo alemán en decadencia económica y social en beneficio de su megalomanismo para finalmente provocar una horrorosa miseria global, hoy otros como digamos Maduro en Venezuela, se aprovechan de las expectativas de todo un pueblo para garantizar su propio bienestar; sencillamente porque poseen esa capacidad de leer la conciencia de ese inconciente colectivo que es capaz de garantizar: poder!
Una palabra inspirada por Dios dice: Apocalipsis 3:15-16 Yo conozco tus
obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero
por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca…
Otro ejemplo: Jeremías17:23 El
futuro para todos los tibios es: primero una reprensión, luego la disciplina, y
luego ser expelidos del Cuerpo de Cristo, si aun así no eligen ser
fervorosos…
Y anoto éste pequeño detalle por
cuanto la capacidad de alguien, supuestamente fervoroso para renunciar a una
creencia manifiesta. Es primero una muestra de desequilibrio respecto a su
verdadera fe o certeza o confianza o relación respecto de algo. Representa
ausencia verdadera de principios esenciales. Los primeros cristianos, esos que
fueron despedazados y sometidos a la tortura y el suplicio en el Circo Romano.
No renunciaron nunca a su Dios. Fueron despedazados y devorados y acuchillados
y crucificados. Pero nunca renunciaron a su fe.
Una carta humana. Escrita de puño y
letra de alguien. Acerca. Describe de alguna forma la sencillez y la transparencia
y la humanidad de alguien. Es algo así como el reflejo de un espíritu. Es una
especie de recurso que nos permite penetrar y descubrir la humanidad de
alguien. Su fuerza, su debilidad, su sinceridad. Hace unos días pensaba: hemos
olvidado la grandiosidad de recibir una carta de alguien escrita de su puño y
letra.
Cuando leí la nota de Don Fabricio,
me dije: ¡qué grandiosa humanidad! Esa de permitirse escribir una nota de su
propia mano sobre todo para pedir perdón. Sobre todo para retractarse de sus
creencias manifiestas. Para arrepentirse públicamente de sus errores de
criterio o interpretación. Pero en realidad sería deshonesto y falso si
admirará ese hecho, por cuanto una creencia no se borra de forma milagrosa,
Este acto de enarbolar una bandera de
justicia falsa: solo me habla de incertidumbre y falsedad.
La nota de Don Fabricio, apenas la
leí. Me iluminó la mente con una común dentro de mi campo profesional actual. Una concepto conocido me llegó, como un
chispazo a mi pensamiento: “Estrategia Publicitaria”. Me imaginé un grupo de
profesionales reunidos, en “tormenta de ideas”, buscando el mejor concepto para
¡GANAR!, buscando una estrategia: Concebir la forma perfecta de dar a la gente
lo que la gente quiere.
Esa nota tan sencilla y corta reúne
todos y cada uno de los elementos que un “General” político deberá considerar
para llegar a la médula de su público meta.
En este caso los electores.
Cristianos, Católicos, miembros de la comunidad Lesbico-Gay. Y todo el “mix”
del mercado objetivo deseado. Ese mercado que finalmente permitirá la
consecución de los objetivos buscados: “La Presidencia”.
Yo soy católico, por nacimiento,
negación de serlo, experiencia de vida y convencimiento. Tantas veces. Tantos
“Cristianos” como yo también soy, pero que por “criterio propio” se denominan
“justos”, después de tocar a mi puerta han insinuado que mi condición de
católico es en si un pasaporte directo al infierno. Esa es su creencia. Su
creencia que respeto pero que no comparto. Por cuanto ninguna manipulación de
la palabra de Dios puede implicar mi sentencia definitiva ante el Creador. Pero
una de esas mismas personas “radicales”, tan “doctas” en cada versículo de la
palabra de Dios, hoy me engatusa y me enreda con su “estrategia” para permitir
que mi condición de creyente sume votos a su bolsa de aspiraciones para
alcanzar la presidencia.
Hoy un “tibio” como el señor Fabricio
Alvarado, es capaz de renunciar a sus creencias y juicio personal para agradar
a esas expectativas esenciales que conducen a la gente a percibir algo,
cualquier cosa como la panacea. Esa sublime cosa que les otorgará la
realización de sus mejores sueños y esperanzas. Un hito que pareciera estar,
sobre todo, brillando, como un faro que puede conducir nuestros destinos.
Pero finalizo diciendo: ¡Cuidado!
Quien renuncia a sus creencias, y sobre todo a la certeza de sus creencias en
la palabra de Dios. Esa misma palabra que pareció defender a sangre propia y a
dolor propio: es otra cosa que un “tibio”, vomitable y abominable ante la
presencia del Señor. Quién renuncia a sus creencias para lograr alguna cosa es
capaz de todo. Y eso debe preocuparnos. Eso debemos evitarlo.
En fin: tendrás al final lo que
mereces… No te importará la claridad de esas referencias que de la palabra
sagrada del señor hice al principio. Simplemente no querrás aceptar otra cosa
que lo que quieres.
Aborrezco lo falso… Lo falso es “tibio”…
Don Fabricio, usted como "justo": puede rebatir de una forma razonable o digamos "sabia" y apolítica mi percepción personal respecto de los que leo de sus palabras? Le animo a convencerme... Por cierto cuando escribe "unir" al final de su "linda" nota veo que tuvo problemas al escribir la letra "n": estaba dudando de lo que estaba escribiendo su mano?