Tu mi océano
Jorge Valcor
Garte
27 de
setiembre de 2015
¡El tiempo
esperado!
Los años,
los meses y las horas incontables.
Tic tacs
transcurridos al ritmo de la aguja delgada y veloz recorriendo una y otra vez
el circulo de las horas…
Una cifra
inmensa: diecisiete mil setecientos ochenta y seis millones trescientos cuatro
mil segundos esperándote.
¡Ah! Mis horas:
mis horas y las tuyas completadas.
Resumidas en
el espacio de unos segundos sublimes e inevitables: quinientos dieciocho mil cuatrocientos segundos…
Una simple fracción de tantos clics
irremediables.
¡El 0.29% de mi existencia y de la tuya!
¡Ah! Una vida entera, mi amor, adornada condensada
en el sublime choque de la piel de tus
labios y de los míos.
En el tacto de tu piel suave y cálida: gentil
y amena como tu alma, como tu ser, como tu nombre.
¡Tu nombre!
¡Amor!
¡Pulsado!
Vibrando en el hueco de mi boca, por tanto
tiempo muda.
¡Amor, el tiempo de mis horas sublimes!
¡Las horas de mi tiempo perfecto!
El ritmo de mi corazón desbordado: ¡bombeando
mi sangre roja y tibia, humana!
¡Desbocada en estampida!
¡Amor, pasión, esperanzas y sueños!
Alma mía: mi bailarina…
Mi noche, mi día, mi aire…
¡Ah!, tú, mi alma me vienes del aire
inesperado.
!Ese brío sublime de la bondad de un Dios, Dios,
único, altísimo, todo poderoso!
Amor mío huelo tu aroma en la palma plana y
solitaria de mis manos:
No pases como el invierno,
No pases como el verano,
No pases como las horas.
¡No termines!
¡No acabes!
Quédate en mis horas,
En mis segundos,
En mis días,
¡En mis años!
¡Océano de plenitud!