Hoy, en las distancias que uno
no cree alcanzar,
Ese olor tuyo llegó a mi
nariz,
Tras de mí una silueta
conocida,
El rubor
La vozEl mismo consuelo de siempre
Desconocido…
Alborotado! Este mar tranquilo de ondas sucesivas
Desbordado
Temblando de inquietud
Amando el amar, ese mismo sentimiento anticuado,
Expirado.
Como sentía eso, esta alma mía por ti,
El mismo consuelo de siempre
Alborotado! Este mar tranquilo de ondas inesperadas
La maldita idea de llamarte por tu nombre
La chispa inesperada,
El momento perdido
La desgraciada sensación de saberte fallecida
Extirpada de mi vida
El mismo consuelo de siempre
Alborotado! Este mar tranquilo de ondas encrespadas
Diciendo tu nombre a una desconocida
Mar bendito tanto me has traído,
Algas resbalosas y verdes,
Corales de colores y agrestes.
Sal para secar la carne de mi cuerpo,
Hierro fuerte para aplastar mi orgullo.
El mismo consuelo de siempre
Alborotado! Este mar tranquilo de ondas espinosas
La llovizna crujiendo en el parabrisas,
Luces, neones, sonrisas forasteras.
Sin tu sol.
Sin tu riza:
La imagen gris de este bajío,
Montarás, túmulo y sentencia,
El mismo consuelo de siempre
Alborotado! Este mar tranquilo de ondas inesperadas,
Vocalizando tú nombre sin quererlo,
A una forastera de mis días.
Surca tu mar solitaria, no me des este consuelo,
El mismo consuelo de siempre
Alborotado! Este mar tranquilo de ondas inesperadas.
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Hanz Zimmer Joshua Bell Angels & Demons