¡Viernes!
¡Viernes!
No imagino tu perfume cerca, ni ese sabor a ansias de la espera que parece no apagarse.
El tiempo no importa…
No tiene sentido.
Ese transcurso de horas y minutos que pareciera interminable.
No existe hoy.
El sol se apaga ahora.
Se oculta bajo el hilo de la tierra.
¡Viernes!
¡Viernes!
¡El sol se apaga ahora, es casi dorado, rojo, sangriento, emotivo!
Como cada viernes desde tu en mi vida.
¡En mi espera por ti: ansiosa, irremediable, hambrienta!
¡Te espero!
No llegas.
¡Te ansío!
Me duelen mis ansias.
¡Te espero!
Porque quiero sumergir mis ojos en ese hueco negro de los tuyos.
¡Te espero!
Como quien permanece sentado cada tarde esperando al sol rojo para sentirse sublime.
¡Te espero!
El tiempo no importa…
No tiene sentido.
Ese transcurso de horas y minutos que pareciera interminable.
¡No llegarás!
¡No llegarás!
Es Viernes…