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sábado, 11 de marzo de 2017

Tus ojos, el mar….






¿De qué tamaño es el universo?
¿Puede caber en la palma de la mano?
La plenitud o eso que se imagina perfecto.
¿Puede describirse en el lapso de un momento?

¡Tu cara me cupo en la palma de mi mano!
Tu suavidad tranquila: tu piel.
Tu belleza sublime.
Tu risa.
Tus ojos.
Tú el universo inmenso en el tacto de mis dedos.

¡El universo es infinito!
Te sentí en mi mano, más grande que eso.
Más grande que el universo:
Paz, alegría, plenitud, ¡todo!
¡Mi todo!

Te sentí en mi mano como la esencia de la vida.
Lo perfecto…
Ese sueño irrenunciable de siempre.
Ese sueño imposible que no pareciera tener remedio: imposible de alcanzar.

Tal vez no fijé mis ojos en la negrura de esos inmensos y profundos mares negros,
Tus ojos.
No quería ahogarme, pero lo quería. Lo quería con solo tocarte.
Tus ojos.
Océanos…
¡Vida! Tiburones, corales, sal y ballenas.
¡Vida!
¡Vida!
Hirviendo en tu inmensidad.
En ese nombre tuyo que me vibra en la lengua, en el sonido de mi propia voz.

¡Tu cara me cupo en la palma de mi mano!
Tu suavidad tranquila: tu piel.
Tu inmensidad, ¡mar!
¡Mar!
Mar hondo…

¡Quédate! Mar.